Pero una tarde, cuando Pepa sale del colegio, corre más rápido que nunca hasta su madre.Tiene algo muy importante que decirle.
- ¡Mamá!- dice Pepa muy nerviosa- en mi clase hay niños de color de golosina.
- ¿Qué dices?- ríe la mamá.
- Sí, de verdad. La seño dice que Pol, mi mejor amigo, tiene la piel de color de bombón de chocolate, y que Lin-Kao, la niña del flequillo, la tiene de color de sorbete de limón.
- Bueno- ríe de nuevo la madre. Lo que la seño quiere decir es que hay niños de diferentes razas y países.
- Tu me entiendes, ¿verdad, mamá?
- Claro- y la madre da un beso a Pepa.
- La seño- sigue explicando Pepa- nos ha dicho que haremos una fiesta y nos disfrazaremos como más nos guste.
Al día siguiente, Pepa pregunta a Pol cuál será su disfraz. Pol se queda un rato pensando y dice después:
- ¡De robot! Me haré un disfraz de robot con luces y aparatos raros.
Los dos amigos se ríen pensando cómo será ese disfraz.
- ¿Y tú?- le pregunta Pol a Pepa- ¿De qué te vas a disfrazar?
- No te lo digo- se ríe Pepa y pone cara de mala.
- Eso no vale- protesta Pol.
Y así pasan un tiempo discutiendo.
Por fin el día de la fiesta. Los papás van entrando con sus hijos.
Marcelo se ha disfrazado de bombero, Evelina de gallina, Mª Elena de muñeca... Pepa está muy salada de mosca, seguro que va a ganar. Hay también un niño que va disfrazado de oso, pero nadie sabe quién es; lleva un disfraz... ¡tan bien hecho!...
José Carlos, que es un chinchoso, se ríe de pepa:
- ¡Qué mosca tan rara...!
pepa se enfada.
- ¡Pues si tú te vieras...!- responde pepa.
José Carlos dice:
- Y además tu amigo Pol no quiere entrar porque no tiene disfraz. Pepa mira a la puerta y ve a su amigo muy triste, está llorando...
Pepa corre hacia él.
- ¿Qué té pasa? ¿Es porque no tienes disfraz?.
Pol dice que sí con la cabeza. Entonces Pepa se quita su maravilloso disfraz de mosca, se pinta la cara de marrón y se pone el enorme anorak de Pol. Pol se pinta la cara de blanco y se pone el abriguito rosa de Pepa, que casi no le cabe. Luego salen los dos juntos de la mano.
Están rarísimos y muy divertidos. Todos los demás, al verlos, empiezan a aplaudir.
La señorita pide silencio:
- Cha, tatachan, el primer premio..., una bolsa de globos... para Pol y Pepa, que van disfrazados de pepa y Pol.
Plas, plas, plas- aplauden todos.
- El segundo premio..., un cesto de caramelos..., para ese niño vestido de oso que come tanto y que no sabemos quien es.
El niño se acerca, coge los caramelos y dice:
- gron, gron...
Luego sale corriendo hacia el bosque.
¡Qué raro! ¡Quién será!.