Por Laura Aguilar Ramírez
Cierta vez en el país de las mariposas y las flores se desató una guerra.
Una guerra feroz, en donde las mariposas destruían a las flores con el polvo de sus alas y donde las flores lanzaban dardos de polén a las sus antes amigas aladas.
Hermosas mariposas caían heridas por los dardos y bellísimas flores morían, cubiertas de polvo.
El porqué peleaban, nadie lo recordaba. Lo cierto es que ningún bando se rendía.
Una linda mariposa multicolor atacó con fiereza a una hermosa azucena, quien sucumbía ante el embate. Y sin embargo, no lanzaba ningún dardo.
Esto enfurecía a la multicolor guerrera....Y la azucena no lanzaba ningún dardo.
De nuevo la feroz combatiente se lanzó sobre la azucena.... Y ella no lanzó ningún dardo.
Finalmente, rendida de cansancio, la mariposa cayó junto a la muerta azucena, quien murió sin lanzar un sólo dardo.
La mariposa estaba feliz por su victoria, tanto que ni siquiera percibía a la flor muerta a su lado.
Pasado el momento de júbilo y al levantarse, trató de volar para remontarse.
Y no pudo hacerlo.
Intentó de nuevo volar, sin conseguirlo.
-¿Qué pasa?- gritó enloquecida.
-Algo muy sencillo-escuchó decir a una voz.
-Quién eres?-preguntó.
-Soy un ángel que vengo a llevarme a la azucena. A llevarla al lugar en donde flores y mariposas viven en armonía. Y a llevarte a tí, si lo deseas.
-Si es junto a las flores, no quiero ir entonces-contestó la mariposa, resentida de que a alguien se le ocurriera juntarla con las altivas flores.
-Ay, querida mariposa. Si supieras lo que dices, no lo dirías.
-Si es junto a las flores, no quiero ir, ya te lo dije-respondió la orgullosa mariposa.
-Si no lo deseas, no puedo obligarte. Sin embargo, debo decirte que sin las flores tú no puedes volar. El polvo con que vuelas lo obtienes del polén de las flores que odias.
Es por éso que no puedes levantar el vuelo. La azucena al no lanzarte ningún dardo, te privó del polén con que vuelas.
-Yo no odio a las flores. Ellas me odian a mí.
-Estás segura de que es así? Seguramente no recuerdan ni tú ni ellas porqué empezó su odio. Lo que yo puedo decirte que así como del odio al amor hay tan sólo un paso, del amor al odio también hay un paso.
Quién dió ése paso primero, no importa. Lo cierto es que se amaron una vez tanto como para odiarse y se odian tanto como para volver a amarse.
Y ése paso lo dió la azucena al preferir brindar su vida, antes de herir a quien amaba tanto.
Necesitas volar para poder vivir. Y no puedes hacerlo sin el polén de ella. Ese polén no lo hubieras tomado si ella no hubiera muerto. Así que ofrendó su vida para que pudieras tener la tuya.
Toma pues, el polén de sus estambres y vuela, vuela, que la guerra entre ustedes sólo tú puedes terminarla. Ve y lleva el mensaje de tu compañera muerta a todas ésas flores y mariposas que aún pelean.
La mariposa tomó el polén de su anterior enemiga y con él también bebió parte de su dulzura. Entendió entonces que el odio en su corazón era realmente el deseo de ser amada.
Voló llevando a las otras, el mensaje de amor que había vivido.
Mostraba como prueba, el nuevo color de sus alas, que de ser multicolores habían pasado a ser doradas.
Finalmente, la guerra terminó. Cuando todas las mariposas y flores entendieron lo que se les decía através de la mariposa dorada.
El ángel sonreía feliz de que todo terminara. Y en el cielo de las flores y mariposas, un nuevo miembro se integraba.